LA INVENCIÓN DE LA RUEDA
Las primeras ruedas que se conocen son las de
alfarero.
La artesanía fue la primera en utilizar la
rueda: la usa el alfarero para producir «mecánicamente» el mismo recipiente que
antes, hecho a mano, le obligaba a invertir en él mucho tiempo y esfuerzo,
siendo, aun así, mucho más basto.
Con el uso de un perno colocado sobre una
rueda en movimiento y ayudándose con la palma de la mano, el artesano era capaz
de moldear recipientes muy pulimentados y perfectamente simétricos, difundiendo
así aquel gusto «clásico» del objeto armónico, que tiene su raíz estética en la
perfección de la esfera, pero, y esto es lo más importante, también en el
empleo de un tiempo muy inferior al que se necesitaba anteriormente para la
producción.
Las que luego se utilizaron aplicadas al
transporte derivan de aquel artefacto. Las ruedas de carro más antiguas se han
hallado entre los restos de la ciudad de Ur, en la Media Luna de las Tierras
Fértiles —región de la antigua Mesopotamia—, y datan del 3000 o 3500 a. C.
Son piezas de madera maciza fijadas al eje
mediante cuñas, demasiado pesadas como para ser muy eficientes, aunque no dejan
de ser funcionales. Hasta ese entonces, el transporte de cargas terrestre se
había realizado en brazos, y con posterioridad, hasta que se pudieron utilizar
animales de carga, en cestas o angarillas que permitían repartir el peso entre
varios hombres.
La aparición de la rueda facilitó algo tan
sencillo como que el animal, en lugar de llevar sobre el lomo o en alforjas una
cantidad limitada de carga, pudiera tirar de un carro y multiplicar la cantidad
de material transportado.
Por su dureza y ductilidad, y en función de
las posibilidades técnicas de la época, la madera fue el material idóneo para
la construcción de ruedas, y siguió utilizándose hasta la llegada de la llanta
de goma maciza. En este sentido, cabe destacar la lenta evolución que tuvo este
invento, ya que si bien se fue perfeccionando, lo cierto es que no sufrió
modificaciones sustanciales hasta mediados del siglo XIX, con el advenimiento
del neumático.
La pesada rueda de Ur se mantendría vigente,
pues, durante unos 5000 años. Estaba unida, mediante piezas de madera, a un eje
móvil, es decir, que la rueda y el eje cilíndrico giraban juntos; con
posterioridad surgiría el modelo de eje fijo, al que la rueda se unía mediante
un pasador, permitiéndole girar con independencia. Para reforzar el disco de
madera, que podía partirse, se lo rodeó de un aro de cobre. Todo el conjunto
era macizo, sumamente pesado y demoraba la circulación de animales y personas.
La solución fue hallada en Persia Oriental,
entre el 2000 y 1500 a. C., cuando eliminaron paulatinamente secciones del
disco, logrando reducir su peso, hasta desembocar en los que hoy conocemos como
“radios”. Los egipcios también conocían esta tecnología.
Hacia el año 1000 a. C. ya se habían difundido
por la península itálica los carros de dos ruedas sobre los que el conductor se
mantenía de pie. Las llantas de goma no aparecerán hasta la segunda mitad del
siglo XIX y pronto serían superadas: el veterinario escocés John Boyd Dunlop
(1840-1921), inventó en 1887 la primera cubierta con cámara de aire, lo que
suavizaba considerablemente la marcha.
En la actualidad, los neumáticos se fabrican
con caucho y refuerzos de hilo, y están especialmente diseñados para brindar la
mayor eficiencia en el arranque, el frenado y la guía de los vehículos
automotores.
Para superar las dificultades que el abrupto
terreno oponía al transporte de los animales cazados, que se cargaban sobre plataformas
construidas a base de unas cuantas traviesas fuertemente ligadas entre sí y
arrastradas por caballos, los hombres prehistóricos aprendieron a servirse de
troncos que, rodando bajo este tipo de trineo, facilitaban considerablemente el
transporte. Quizá fuera a partir de esta experiencia inicial cuando nació la
primera idea de la rueda y se empezaron a comprender las posibilidades
dinámicas del movimiento rotatorio.
ALGO MÁS
SOBRE EL TEMA
En Mesopotamia, en
la ciudad de Ur más concretamente, aparece en un bajorrelieve la primera
representación artística de un nuevo medio de transporte, bajorrelieve que se
conoce con el nombre de «Carro de los felinos».
“Carro de los felinos”, hallado en la ciudad de Ur
(Mesopotamia), se remonta a mediados del siglo XXV a. de J. C. y es el más
antiguo bajorrelieve de cuantos representan la rueda. Según algunos dibujos
contenidos en documentos prehistóricos, los carros deben su origen a la
aplicación de la rueda a los trineos. En un principio fueron utilizados con fines
bélicos.
Las primeras ruedas están formadas esencialmente por tres
sectores circulares de madera, unidos entre sí por unos refuerzos generalmente
metálicos; aún estaban fijados al eje y giraban con él.
La uniformidad de este sistema, comprobada por todos los
hallazgos arqueológicos, desde el Indo hasta Rusia, desde las estepas del
Turquestán hasta Italia y Britania, parece atestiguar que el uso de la rueda se
hubiera difundido a partir de una fuente única; mientras la singularidad y la
originalidad de la construcción constituirían, según algunos especialistas, una
prueba a favor de quien sostiene que la rueda deriva del rulo, con el cual, por
el contrario, según otra opinión, no tiene ninguna relación.
Muy pronto, después del año 2000 a. de J.C, el trineo primitivo fue evolucionando y, siempre
en Mesopotamia, aparecieron los primeros carros de dos o cuatro ruedas y con el
arcón montado sobre el borde. Es un medio todavía muy rudimentario, cuya única
función estriba en sustituir la albarda, el cuévano y la canasta, favoreciendo
en gran manera el desarrollo de los intercambios comerciales que ya entonces
tenían lugar, aunque en forma muy primitiva y simple.